Graciela Carrillo

Graciela Carrillo (nacida en 1949) es pintora, muralista y cofundadora de Mujeres Muralistas, así como cofundadora de la Galería de la Raza. Carrillo, a quien se conoce como Grace, nació en Los Ángeles (California). A finales de la década de 1960, estudió arte en el San Francisco Art Institute (SFAI) y la Sacramento State University. Su colaboración con Patricia Rodriguez comenzó cuando eran compañeras en el SFAI y vivían juntas en una habitación que alquilaban en el barrio de la Mission; entonces, comenzaron a pintar murales en Balmy Alley y, más tarde, colaboraron en Para el Mercado y Latino America. Para el Mercado, diseñado por Carrillo y Consuelo Méndez, se centraba en una temática panamericana y, especialmente, en las culturas latinoamericanas. En Latino America, Carrillo pintó la sección sobre Guatemala enfocándose en el legado indígena, pero sin emplear una narrativa visual estrictamente política. En 1974, presentó una serie de serigrafías y murales en la Galería de la Raza, durante la exposición Soñar Despierto: Serigraphs and Mural Exhibit (véase https://calisphere.org/item/ark:/13030/hb558009kg/), donde la experiencia chicana, mexicano-estadounidense e indígena se representa utilizando colores vibrantes y con mujeres indígenas como protagonistas temáticas. En 1980, expresó su visión feminista sobre el muralismo y el arte chicanos en la carta que escribió en respuesta a un artículo publicado en Metamorfosis por Malaquías Montoya y su esposa Lezlie Salkowitz-Montoya, titulado «A Critical Perspective on the State of Chicano Art» (“Una perspectiva crítica sobre el estado del arte chicano”) (véase https://icaa.mfah.org/s/en/item/848837#). Carrillo desafió la crítica androcéntrica de Montoya y cuestionó su falta de respeto a las artistas chicanas. El mural que Carrillo y Michael Ríos pintaron en el Mission Health Center, que fue restaurado en 2016 por Ríos y Susan Kelk Cervantes, ilustra con colores intensos escenas donde unas figuras indígenas anónimas de corte conceptual representan a la comunidad local.

Gabriela Rodriguez-Gomez